El gobierno debería buscar reducir la inseguridad, la violencia y la delincuencia en el país. Pero ¿por dónde partir? Cuesta imaginarse. Pareciera que en el Perú no hubiera un solo rincón seguro. Ya no es posible salir a la calle sin miedo a ser asaltado, incluso asesinado. ¿Cómo empezar si estamos con el agua hasta el cuello? Por lo básico.
1.- Fortalecer seguridad ciudadana. Para combatir la lucha de la delincuencia y violencia, debemos tener más controles preventivos por parte de la Policía y Fuerzas Armadas. Los políticos deben comprometerse a respaldar a las fuerzas del orden y entregarles los recursos para hacer su función.
2.- Mayor supervisión y gestión de control migratorio. Tenemos que terminar de una vez con la entrada de inmigrantes ilegales que traen el crimen desde sus países. ¡Los peruanos somos un pueblo tranquilo y queremos vivir así!
3.- Fortalecer el control de tránsito y transporte; en servicios aduaneros, puertos, aeropuertos y servicios de transporte público y privado. Preocuparnos de que la droga tenga cortafuegos.
4.- Promover un fuerte servicio de sistema penitenciario a los delincuentes con: ejecución penal, fuerte control de vigilancia y mejorar el marco regulatorio de la delincuencia juvenil. Sólo la mano dura asusta a los criminales.
5.- Erradicar la delincuencia en las calles del Perú, enviando cuadrillas a las avenidas principales que están tomadas por los criminales. Y, una vez que los detengan, asegurarnos de que terminen en la cárcel.
Tomar medidas drásticas es urgente. Sólo así podremos salvar al Perú de las garras de la delincuencia de una vez por todas. La pregunta es ¿Tendrán nuestras autoridades el coraje para tomar estas medidas? La respuesta es clara: No. Si no lo han hecho antes ¿por qué habrían de hacerlo ahora? Por eso es tan importante elegir a gente nueva. Gente esforzada y de trabajo, que entienda que los peruanos ya no podemos más con el crimen. Que entiendan que se necesita mano dura para salir de esta.