En todo barrio existe ese lugar común donde nos enteramos de las noticias, chismes y donde nos sentimos seguros mandando solos a nuestros hijos. Estos lugares son las más de medio millón de bodegas en todo el Perú, de las cuales más del 80% son lideradas por mujeres.
Hoy la crisis económica por la falta de autoridades competentes las golpea a ellas más que nunca por que los precios siguen subiendo y los productos se hacen más chicos porque sus clientes, el pueblo, tiene cada vez menos plata en el bolsillo. Ellas al medio, tienen que asumir gran parte de la perdida para poder seguir vendiendo y mantener sus bodegas abiertas.
Lo real es que, en el Perú, las empresarias bodegueras hacen inversión privada con los sueldos de la familia y la plata de sus ingresos. Ellas son un claro ejemplo del verdadero esfuerzo de las familias emprendedoras peruanas que logran sostener la economía familiar, luchan por sus familias, logran independencia económica y sacan adelante al país.
Es por eso por lo que, como ellas, trabajadores y pequeños empresarios se vienen agrupando en las verdaderas bases sociales para hacer respetar su futuro y unir al país, a diferencia de las autoridades de turno que se reúnen con falsos lideres para dar la impresión de respaldo. Estos solo gritan y promueven el odio entre el pueblo con la intención empezar una guerra para destruir el verdadero Perú que con nuestro esfuerzo hemos construido.
A pesar de lo que digan las autoridades de siempre, las bodegueras y con ellas los barrios de todo el Perú, hemos sido invisibles. Los peruanos tenemos que trabajar juntos como hacemos con nuestras familias y barrios, desde la realidad real, desde nuestro día a día y así influir a muchos más que se atrevan a recuperar el orgullo por nuestro país.
Debemos cambiar a los mismos de siempre -sin importar el lado o “ideología”- que por más de 30 años solo buscan el poder, cuales mafias, para ganar con la corrupción y la desunión de nosotros mismos. Si nos atrevemos, podemos.