Hemos soñado por siglos el tener una máquina para poder viajar en el tiempo. Conocer a los dinosaurios, haber visto el Imperio Romano o haber sido parte del Imperio Inca. Por supuesto sabemos, que esto es imposible. No es más que un viaje de nuestra imaginación.
Sin embargo, hay algunos que lo proponen en la realidad y nos preocupa mucho, ya que es una solución totalmente ficticia a todos los problemas que nos aquejan.
A los políticos peruanos les podríamos dar el Premio Nobel en Ciencia Ficción, porque nos quieren hacer creer que viajando al pasado encontraremos un mejor futuro.
Por un lado, tenemos a los caviares: Vizcarra, Lourdes Flores, Acuña y muchos otros, nos quieren vender que retroceder al Toledismo de hace 20 años es el mejor camino hacia un mañana mejor.
Por otro lado, Keiko propone retroceder 30 años e insertarnos derechamente en la década del 90.
Sin embargo, el que se lleva el primer premio es Antauro, que en su mensaje nos propone la mayor locura de todas: Viajar 50 años al pasado, mirando como un mensaje de futuro a Velasco Alvarado.
Ninguno de nosotros quiere volver al pasado y, sobre todo Antauro, representa un futuro que nació añejo. ¿Es ese el cambio que necesita el Perú? Además, ¿es un exconvicto una alternativa para ponerse la banda presidencial? No olvidemos, que los otros también están todos procesados.
Quizás la respuesta está en que si logran puestos en política no los van a encarcelar tan fácil. Por supuesto nuestra tarea es una sola: Encontrar futuro en la juventud y en nuevos líderes. No en las ideas añejas de siempre, que estos dinosaurios no dudan en proponer.