Distracción es definida por la RAE como la “desviación de la atención en algo. Se utilizan asuntos sensacionalistas como distracción del verdadero problema”.
Asuntos sensacionalistas que podemos visualizar en los intentos de Vacancia y fuertes críticas al poder Ejecutivo que aparecieron justo cuando se destapó el control de Gorriti, los caviares y Vizcarra sobre la Justicia y cierta prensa. Un voladero de luces, una cortina de humo de la caviarada.
Desde el 2016, ningún presidente peruano ha logrado completar su mandato. Entre la corrupción, las Vacancias y las renuncias, la imagen país está por el suelo. La gente es la única que pierde. A los políticos no les interesa cuidar al Perú, menos a los caviares. Todo esto es para sacarle los ojos de encima a Vizcarra, una distracción. Quieren que nos preocupemos de temas menores.
Fue sencillo para la caviarada mover a jueces y fiscales para que pongan los ojos en unos relojes. Eran los fuegos artificiales que necesitaban para liberar de la presión a Vizcarra.
Si los jueces y fiscales se olvidan de lo principal, nosotros nos encargaremos de recordarlo. Un reloj no es lo mismo que millones de dólares en coima y cientos de miles de muertos en una pandemia. No te dejes engañar por los mismos de siempre. El Perú necesita una renovación total de la política.