Un equipo de fiscales anticorrupción ingresó a la sede del Gobierno Regional del Cusco como parte de la investigación seguida contra el gobernador de esta región, Werner Salcedo, por el presunto delito de enriquecimiento ilícito, en el marco del caso Rolex. Esto, después de que Salcedo entregara a Fiscalía dos relojes Rolex de imitación.
Salcedo, por otra parte, reconoció que el Gobernador de Ayacucho, Wilfredo Oscorima, le proporcionó un reloj de marca Rolex después de notar que “no llevaba nada en la muñeca”. Posteriormente señaló que fue un error aceptarlo y pidió disculpas a la población por haber usado ese accesorio.
Pero acá apuntamos a otra cosa, no a los relojes. Entre corruptos se entienden, pues para ser Gobernador en el Perú no se necesita currículum, se necesita prontuario.
Cuando Salcedo postuló a ser Gobernador de Cusco declaró tener procesos judicial o fiscales en curso. Estos eran por malversación de fondos.
Además, el titular del GORE del Cusco contrató a 27 funcionarios de manera irregular, según advirtió la contraloría. También designó en altos cargos a siete aportantes a su campaña en el 2022. Por este hecho enfrentó un pedido de vacancia que superó.
¿Y quién es su amigo Oscorima? Un hombre con amplia y variada experiencia de los procedimientos judiciales. Ha sido investigado, juzgado por corrupción, condenado, prófugo y encarcelado.
Negociación incompatible, malversación de fondos y omisión de funciones por un caso de compras irregulares en su primera gestión en el gobierno regional de Ayacucho son algunos de los cargos que Oscorima enfrentó.
Aunque hoy se apunten entre ellos y nos tengan hablando de relojes, la sabiduría popular dice: Dime con quién andas y te diré quién eres. O mejor aún, si el río suena es porque piedras trae.
Si estos dos están siendo investigados nuevamente por algo será. No son dignos representantes de nosotros y menos son representantes del Cambio de Ciclo que el Perú necesita. Son más de lo mismo, representantes de lo que no tiene que volver a suceder nunca más.