Dicen que cuando alguien recibe un regalo o un beneficio fuera de una fecha especial, «le adelantaron la Navidad». Sin embargo, parece que para algunos, la Navidad no se limita a un día en diciembre, sino que se convierte en un estilo de vida constante. Esto es evidente en el Congreso de la República.
Recientemente, se ha revelado que la Mesa Directiva del Congreso ha decidido aumentar los gastos de representación para los congresistas. Es decir, pasan de contar con S/7,617 a disponer de S/11,000 semanales para estos fines. Este incremento se suma al sueldo mensual de S/15,600 que ya reciben los parlamentarios.
Este aumento representa una cifra adicional de S/3,383.
Sin embargo, este incremento no es más que uno de los muchos beneficios que los legisladores han obtenido en el último año. Las últimas Mesas Directivas del Parlamento se han caracterizado por su generosidad con el dinero del contribuyente. En un contexto de crisis económica y política, el sentido común parece ser el menos común de los sentidos en el Congreso.
Una de las principales necesidades del Perú es renovar completamente el Congreso, para que dejen de reírse de nosotros, de mal utilizar nuestros recursos y ser uno de los mayores representantes de la corrupción, donde abundan las leyes a medida y la poca preocupación por las necesidades de la gente.
Acabar con el excesivo gasto político es una urgencia en un país en el que abundan las necesidades y la ceguera de los políticos.