Así como cuando cambiamos de alcalde y siguen los huecos en las pistas, los robos en los barrios y la corrupción en las municipalidades, hoy en el Perú cerrar una institución o eliminar un programa para reemplazarlo por otro igual o peor, ya no ilusiona a nadie.
Ya todos los peruanos saben que no basta un cambio de nombre si los mismos funcionarios incapaces siguen ahí.
Tras la muerte de siete personas por un suero fisiológico defectuos, se anunció que se cerrará la Digemid y se creará una nueva entidad: la Autoridad Nacional de Productos Farmacéuticos, Dispositivos Médicos y Productos Sanitarios (APEMEC).
Esto nos recuerda a lo que pasó con Qali Warma, que ante la intoxicación masiva de escolares en todo el Perú, decidieron cambiarle el nombre al programa por Wasi Mikuna, pero nada mejoró, por el contrario, se siguieron envenenando a nuestros niños.
Lo que necesitamos es que se solucione el problema de fondo, que no es cosa de hoy, sino que se arrastra de hace 25 años, tiempo que las autoridades nos engañado y abandonado.
Deben cambiarse a todos los funcionarios que solo están por favores políticos y que no hacen su trabajo.
De nada sirve que se destinen más recursos si no habrá transparencia y el servicio seguirá igual o peor, y continuarán repitiendo tragedias como la de Medifarma.
Los peruanos queremos y exigimos gestiones eficientes que nos devuelvan la confianza en las instituciones y programas del país.