A menos de un año de elegir a un nuevo presidente, el hartazgo de los peruanos con la clase política se hace más día más evidente.
Según una encuesta de Datum para El Comercio, el 52% de la población se identifica con posturas de derecha o de centro, 28% y 24% respectivamente, mientras apenas un 11% simpatiza con la izquierda.
Pero el dato más importante es que un 33% no se siente representado por ninguna ideología, reflejando un fastidio generalizado.
Nuestro mensaje es claro, queremos un cambio total, de la mano de un líder que cumpla exigencias básicas que antes parecían opcionales.
Y lo dice la propia encuesta: no tener denuncias de corrupción (44%), poseer conocimientos sólidos de economía (55%), contar con experiencia en gestión pública (54%) y experiencia laboral (55%). Además, debe ser firme (54%), dialogante (59%) y priorizar a la familia (52%).
Esta combinación de requisitos mínimos, que no deberían ser una exigencia, refleja el cansancio ante las promesas incumplidas y las nefastas gestiones de quienes nos han gobernado los últimos 25 años.
Los peruanos ya no queremos discursos vacíos ni shows mediáticos; queremos acciones concretas, resultados y eficiencia, para dejar de sentirnos invisibles. Solo así podremos recuperar la esperanza, el orgullo y la confianza en un futuro para nuestras familias y el Perú.