Nos esforzamos día a día por llevar un pan a casa, trabajando de sol a sol para que nada falte en el hogar.

La triste realidad es que por más sacrificios que hagamos, el dinero no alcanza y las oportunidades para salir adelante son escasas.

Más de 9 millones de peruanos viven en pobreza. Los datos del INEI, al 2024, revelan que el 27,6% de la población sigue sin acceder a una vida digna.

El año pasado el ingreso mensual promedio por peruano fue de 1.196 soles, insuficiente frente al costo de la canasta básica familiar que supera los 1.800 y aumenta constantemente.

En los últimos 25 años, nuestros gobernantes han hecho con el Perú lo que han querido.

Han saqueado el país, llenando sus bolsillos y dejando vacíos los de aquellos que con su voto les dieron poder.

Lo que queda claro luego de más de dos décadas de abandono es que la pobreza continúa no por falta de recursos, sino por falta de interés de los políticos de siempre.

El Estado peruano ha sido un espectador cómplice. Esto no puede continuar. Necesitamos un cambio de ciclo en la política peruana.