¿Puede un sistema judicial ser justo si solo persigue a quienes no están en su bando? Dos denuncias el mismo día contra Dina Boluarte no son coincidencia. Son una jugada política. Y lo grave no es solo a quién acusan, sino a quiénes dejan de investigar.
La Fiscalía presentó dos denuncias: una por colusión y otra por las muertes en las protestas del inicio del gobierno. Pero guarda silencio frente al caso Lava Jato, justo cuando Brasil corta la cooperación. Se pierde una vía clave para seguir la corrupción, y el Ministerio Público ni reacciona.
Así funciona nuestra justicia hace 25 años. Protege a su gente, castiga a los demás. No importa la evidencia, ni la gravedad. Si no eres parte de su mafia, te caen con todo. Si eres parte, te blindan. Así han operado con jueces, fiscales y ONG disfrazadas de moral.
Es momento de cambiarlo todo. O acabamos con esta justicia al servicio del poder caviar, o la impunidad seguirá devorando lo que queda del país. No hay medias tintas.

