Mientras en Trujillo la gente vive presa del miedo encerradas en sus casas, los cabecillas del crimen organizado celebran con fiesta incluida. El líder de la peligrosa banda “Los Pulpos”, recién liberado por el Poder Judicial, organizó una celebración que significa una burla directa al sistema de justicia del Perú. Hoy, según su propio abogado, su paradero es desconocido. ¿Quién responde por esto?
La liberación del criminal conocido como “Jhon Pulpo”, uno de los líderes históricos de la organización criminal “Los Pulpos”, que domina el norte del Perú, causó un conflicto entre el INPE y el Poder Judicial, que se señalan mutuamente por haber dado libertad al conocido delincuente ocho años antes del cumplimiento de su condena de 25 años.
Este no es un error más. Es el resultado de un sistema colapsado, infiltrado y cómplice. ¿Qué jueces firmaron su excarcelación? ¿Qué fiscales se hicieron los ciegos ante sus antecedentes? ¿Y qué garantías tiene hoy un ciudadano común frente a esta justicia que libera a mafiosos?
La historia de Trujillo está marcada por la violencia y el terror que imponen bandas como “Los Pulpos”. Extorsión, sicariato, control territorial, y ahora impunidad. Mientras las autoridades reparten discursos vacíos sobre seguridad y justicia, las calles siguen siendo zona liberada para el crimen organizado.
Esta fiesta es una bofetada a cada peruano honesto que sigue esperando vivir en paz. Es una alerta urgente que grita por una Reforma Judicial real, que saque a los corruptos de los tribunales y devuelva la dignidad a la justicia. Porque en La Libertad, y en todo el país, ya no hay espacio para más excusas. Queremos respuestas, y queremos justicia.