En una encuesta publicada por el reconocido medio Semana Económica y elaborada por Ipsos Perú, surgió una sorpresa que empieza a cambiar el panorama electoral de cara al 2026.
Por primera vez, el nombre de Carlos Espá aparece entre los cinco primeros candidatos presidenciales, alcanzando un 4% de intención de voto, detrás de Rafael Belaúnde, Rafael López Aliaga, Carlos Álvarez y Keiko Fujimori.
El dato no es menor. En un escenario político desgastado, donde los mismos corruptos se repiten elección tras elección, la irrupción de Espá refleja el cansancio de los peruanos con la vieja política y su búsqueda de una figura nueva, preparada y sin prontuario. Su ascenso en las últimas semanas marca una tendencia que muchos empiezan a notar: el Perú quiere un cambio real, pero con rostro nuevo.
Mientras los políticos tradicionales se enredan en alianzas, campañas prematuras y disputas por cuotas de poder, Espá se abre paso con un discurso diferente, centrado en la eficiencia, la honestidad y el sentido común. Su crecimiento sostenido en apenas 25 días podría ser el primer indicio de que el país está encontrando al outsider que tanto buscaba, alguien capaz de romper el ciclo de mediocridad y devolverle credibilidad a la política.
En un contexto donde la economía, la seguridad y la justicia exigen liderazgo real, el Perú empieza a mirar hacia otro lado. Y todo indica que, esta vez, la sorpresa podría venir de quien no estaba en los planes de nadie, pero sí en el corazón de muchos: el candidato del cambio de ciclo.
