Todos estamos cansados de la inseguridad ciudadana, de no poder salir a trabajar tranquilos porque nos están matando.
Los peruanos estamos hartos de tanta violencia, pero estamos más cansados aún del oportunismo político de la izquierda caviar que quiere recuperar el poder aprovechándose de la indignación de la sociedad.
Y ello mayormente ocurre cuando se convocan a marchas, como la de hace unos días contra la inseguridad, en la que miles de peruanos exigieron medidas más contundentes contra la delincuencia, pero lamentablemente grupos políticos con intereses particulares se suben al coche y promueven agendas propias que van más allá de la lucha contra la criminalidad.
Incluso orquestas como Armonía 10 y Corazón Serrano, de gran popularidad en el país, que habían denunciado públicamente la politización de la movilización y en un primer momento desistieron de participar, horas más tarde retrocedieron y cedieron a la presión caviar.
No permitamos que la legítima demanda de todos los peruanos sea opacada por el entrometimiento de actores con intereses propios y no le sigamos el juego a quienes están utilizando el miedo de los peruanos como arma política.
Hay que tener en cuenta que los principales culpables de que la inseguridad siga en aumento son los jueces y fiscales que liberan a 23 delincuentes por día.
A ellos no les importa el gran esfuerzo que hace la policía por capturarlos y mucho que nos sigan matando. Es ahí donde está el problema: en nuestro podrido sistema de justicia, y la única solución es una reforma judicial total.