Mientras Ayacucho sigue esperando justicia, agua potable y un hospital que funcione de verdad, la Municipalidad Provincial de Huamanga se convierte en la base política de Martín Vizcarra. Así lo revela una investigación, que expone cómo funcionarios públicos estarían participando en actividades proselitistas del lagarto.
¿Desde cuándo un municipio trabaja para una campaña electoral?
Vizcarra sigue haciendo política a pesar que lo espera la cárcel, porque todas las pruebas comprueban que es un corrupto. Recordemos que durante su gobierno, más de 200 mil peruanos murieron por el mal manejo de las vacunas durante la pandemia del Covid. Muchos de ellos aquí, en Ayacucho.
Y mientras los ayacuchanos hacemos milagros con presupuestos mínimos, sin atención en salud ni recursos para nuestras comunidades rurales, él pasea por el país como si nada hubiera pasado. Usando la plata y los funcionarios que deberían estar al servicio de la gente para alimentar su ambición política.
Esto no se trata solo de Vizcarra. Se trata de un sistema podrido que protege a los mismos de siempre y convierte al Estado en una agencia electoral.
En Huamanga no queremos más operadores políticos disfrazados de funcionarios públicos. No queremos más candidatos, o a este lagarto corrupto, que usen nuestra tierra para escalar mientras el pueblo se hunde en el abandono.
Ayacucho no es un trampolín político. Es una región con dignidad que exige respeto.
Ya basta de reciclaje político. Ya basta de impunidad. Si queremos un cambio real, hay que empezar por sacar a los que creen que el Perú les pertenece.
