En La Libertad todo huele mal. Cada semana aparece un nuevo caso que destapa la podredumbre en la gestión regional y, una vez más, el nombre de César Acuña está en el centro. Ahora se sabe que su gobierno regional gastó más de 17 millones de soles en 100 patrulleros con un sobrecosto millonario de más de 3,5 millones de soles.
Mientras la región sufre por la violencia, las extorsiones y los secuestros, el dinero que debería servir para devolver tranquilidad a las calles termina convertido en un negocio más de la política.
La denuncia es escandalosa. Un proceso de compra que debió ser transparente terminó inflado, cuestionado y con cifras que no cuadran por ningún lado. ¿De qué sirve llenar titulares con patrulleros nuevos si detrás hay contratos turbios que huelen a corrupción? La seguridad de los liberteños no puede convertirse en un tesoro político ni en una excusa para llenarse los bolsillos.
César Acuña prometió desarrollo y orden, pero lo único que vemos es una región abandonada y manchada por negociados que se repiten una y otra vez. Los ciudadanos merecen respuestas. Y lo que hoy necesita La Libertad no es un gobernador viajero ni un candidato en campaña, sino un líder que respete la plata pública y enfrente de verdad al crimen organizado.
