Lambayeque, 2025. La tierra famosa en el mundo por la “Ruta del Papa León XIV” se prepara para recibir más de un millón de turistas, pero al mismo tiempo carga con una vergüenza que no se puede ocultar. Más de 5 mil pacientes siguen esperando desde el 2023 un turno para un resonador magnético.
El único equipo de la región está averiado desde mayo de ese año y, en más de dos años, ni la Red Prestacional de Lambayeque ni la presidencia ejecutiva de EsSalud han sido capaces de dar una solución. Son personas con cáncer o enfermedades neurológicas las que esperan, y en vez de respuestas, reciben abandono y listas interminables.
Mientras tanto, el dolor y la angustia de miles de familias se multiplican, porque un examen que podría salvar vidas simplemente no existe.
A esta crisis se suma la huelga de los gremios de EsSalud, malas gestiones y precariedad en los hospitales. Un sistema que debería garantizar atención oportuna y digna, hoy está paralizado, hundido en burocracia e indiferencia.
¿Cómo puede hablarse de bienestar ciudadano cuando un paciente con cáncer debe esperar años para un examen? Si como ciudadanos generamos un cambio de ciclo de nuestras autoridades, por fin podremos ver inversión en equipos y poner al paciente en el centro. Porque sin salud, no hay justicia ni futuro posible para los peruanos.