ONG’S CAVIARES TRAS LA FISCALÍA

El Perú necesita que la justicia deje de tener dueños, porque mientras la mafia caviar siga siendo dueña del Sistema Judicial, tambien seguirá siendo dueña de nuestras vidas.

Las mismas ONG’s ideologizadas vuelven a mover sus hilos para tomar el control del Perú. La Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (CNDDHH) y el Instituto de Defensa Legal (IDL) son organizaciones controladas por Gustavo Gorriti, figura que lidera una cadena de corrupción e influencias políticas en el Perú, que han iniciado una campaña para remover a Tomás Gálvez del cargo de Fiscal de la Nación interino.


Detrás del discurso legalista y de comunicados internacionales, lo que realmente buscan es mantener el control político del Ministerio Público, una de las pocas instituciones que hoy no responde a la agenda de la izquierda ideologizada.

El argumento de las ONG es que Gálvez “estuvo inscrito en un partido político”, por lo que, según ellas, no sería imparcial. Sin embargo, omiten que eso ocurrió hace más de tres años y que renunció a toda militancia antes de reincorporarse a la institución. Lo que también se pasa por alto es que tanto el IDL como la CNDDHH hace tiempo dejaron de defender los derechos humanos o la libertad de prensa. Hoy su verdadero objetivo es hacer política y mantener vivo el círculo caviar, desesperado por no perder los espacios de poder que aún conserva.


Estas ONG’s además amenazan con llevar el caso a la CIDH y a la ONU, repitiendo la misma estrategia internacional de presión con la que han protegido a sus aliados políticos.

El mensaje es claro.  Cuando el poder no lo tienen ellos, buscan tumbarlo. Quieren volver a instalar fiscales y jueces funcionales a su ideología, a su narrativa y a su conveniencia.

El Perú debe tener una justicia libre de presiones políticas, mediáticas o extranjeras. Y eso solo será posible rompiendo la mafia caviar que se ha enquistado en el Estado durante décadas. El cambio de ciclo para el Perú significa justamente eso.

Debemos terminar con el poder paralelo que, bajo el disfraz de la “defensa de los derechos humanos”, buscan desestabilizar las instituciones, manipular la justicia y decidir quién puede o no ejercer el poder en el Perú. Porque mientras ellos sigan marcando la agenda, la justicia nunca será de la gente.

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