UN MODELO EDUCATIVO QUE FUNCIONA

La crisis de la educación en Perú no se resuelve con más gestores corruptos ni con políticos que solo ven la caja fiscal como un tesoro, se resuelve con visión de mercado y competencia real. El sistema educativo peruano está colapsado porque los fondos públicos son robados y la gestión es ineficiente. Si realmente queremos sacar a nuestros niños y niñas de la mediocridad, debemos mirar a uno de nuestros vecinos, que implementó un modelo probado: la educación particular subvencionada.

La pólvora ya está inventada. El modelo particular subvencionado consiste en que el Estado deja de financiar solo a su propia burocracia educativa (los colegios públicos ineficientes) y, en cambio, le entrega el dinero de la educación a los padres de familia, quienes deben complementar el pago de su bolsillo-

Así, usted puede elegir libremente si manda a su hijo a un colegio público o a un colegio privado que acepta el subsidio. La plata «sigue» al alumno, no al burócrata. Esto obliga a todas las escuelas, públicas o privadas subvencionadas, a competir por ser mejores. Si una escuela es mala, los padres se llevan el subsidio a otra parte, garantizando que la calidad suba para todos, especialmente para los más pobres.

Así, no solamente se le entregó libertad a los padres para acceder a una educación de calidad e infraestructura de mejor nivel, sino que obligó a los colegios públicos a competir.

En esencia, el Libre Mercado desafió con éxito a la educación pública chilena en sus principios, borrando la diferencia entre «lo público y lo privado». Esto generó una mayor oferta y calidad al permitir que la gestión eficiente (privada) se aplicara con fondos públicos.

En el Perú, la situación es el reverso de la moneda. El sistema público es un pozo sin fondo de corrupción donde la plata de la infraestructura se esfuma y la calidad pedagógica brilla por su ausencia.

¿Por qué nuestros líderes siguen insistiendo en administrar el fracaso? Porque la ineficiencia y el monopolio estatal son el nicho perfecto para que políticos ineptos sigan robando los fondos de educación.

Al igual que Chile, debemos ser capaces de garantizar que los sectores más pobres accedan a una educación de calidad no solo en el colegio público, sino donde encuentren la mejor opción, acabando con la idea de que la educación mediocre es exclusiva para los que menos tienen. Esa idea tiene que cambiar.

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